Algunos Textos y Reflexiones Filosóficas

Desde hace algún tiempo empezaron a surgir este tipo de reflexiones de una manera un tanto natural.

Me encantaría saber tu opinión, puedes escribirme abajo en los comentarios 😉

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Cuando Pienso lo que Siento

Cuando pienso lo que siento en el fondo sé que es mentira. Si la mente piensa lo que siente automáticamente se identifica con el significado de ese pensamiento e intenta buscar la causa. Dice: estoy triste «por esto», a continuación surge la identificación con «el esto» e intenta buscar soluciones para encontrarse mejor. La identificación con un «esto» siempre genera Placer o Dolor.

¿Por qué tenemos que poner nombre a lo que sentimos? En realidad son conceptos que han sido inventados por otras personas y los hemos aprendido así. La comunicación verbal es simplemente una opción, no es la verdad. Revisa el significado que le has dado a la palabra tristeza, seguramente nunca quieras sentirla por todo lo que significa para ti. Sin embargo se puede sentir tristeza y a la vez estar en paz con ella… ¿Y si la emoción fuera únicamente un movimiento que surge sin más? Quizás pasaríamos a experimentarla sin resistirla y como una nube en el cielo se marcharía. No somos las nubes sino el cielo… – Rubén Denodos

El Avatar

Nos pasamos la vida entera «intentado dar vida» a una imagen mental de nosotros mismos para sobrevivir en este mundo. Esta imagen mental es un Avatar. Creemos que puede vivir, que puede sufrir, que puede ser mejor o peor, que puede ser feliz, que puede sentir… Sin embargo únicamente «vive» en tu imaginación y todo lo que es imaginario no existe. Se alimenta de recuerdos pasados y de expectativas futuras con el filtro de lo que tus sentidos creen percibir. Toda esa información la almacenas en tu memoria y la utilizas para relacionarte con la vida proyectando diferentes escenarios. Cuando surge una experiencia el avatar se identifica y pasa a ser victima y efecto del significado. A veces puede ser una experiencia agradable o desagradable según la historia inventada adherida, pero ambas partes son imaginarias mientras «lo viva» el avatar. Todo avatar muere tarde o temprano pero aquello que puede verlo es permanente. – Rubén Denodos

El Único Problema

El único problema que tienes es que estás en resistencia con este momento. Crees que existe otro momento mejor lo que hace mantenerte en un estado de ansiedad continua. La ansiedad siempre surge por alcanzar un futuro mejor que este momento. El «yo individual» nunca puede vivir el presente, únicamente puede pensarlo y experimentar el significado que tiene de lo que debería ser el presente. Las palabras siempre llegan tarde a este momento… Vivimos en resistencia al presente por miedo a soltar todo lo que pensamos. Debes saber que Siempre estás en el presente pero estás distraído con el significado que has dado a este momento.Rubén Denodos

No Eres la Definición

TÚ no eres una definición. No eres un conjunto de pensamientos en forma de palabras con una significado adjunto. Eso es únicamente una idea que estás imaginando y tienes miedo a soltar. Desde pequeñitos nos enseñan a definir y a poner palabras a todo lo que nuestros sentidos perciben. Toda esa información ha sido enseñada por otras personas que a su vez también lo aprendieron. Estamos repitiendo historias una y otra vez basadas en una información concreta. Hay una sabiduría dentro de ti que sabe todo esto y espera pacientemente. Es un conocimiento que solo sabe y no juzga, únicamente comprende y no necesita ninguna definición para existir porque ya es. Eso es lo que eres… – Rubén Denodos

La Irrealidad de la Personalidad

El Ego o la personalidad no es real… no obstante se puede actuar como si lo fuese respetando lo que es, pensamientos que van y vienen sin agregar más significado. Vivir desde el ego es demente porque a un nivel más profundo nada tiene sentido, todo es contradictorio. Cuando el Ego «ama o quiere» a alguien siempre pide algo a cambio en su propio beneficio. En las relaciones funciona de tal manera: si tú me das yo también te doy, siempre hay un negocio emocional. El lema del Ego es Busca pero no Encuentres. Es un juego que cansa y desgasta. Pensamiento nace, surge la identificación y da lugar a la emoción. El sufrimiento aparece cuando no queremos soltar lo que pensamos. En lo más profundo de nosotros sentimos que si lo soltamos «moriremos» porque te has creído toda tu definición.

Pasamos la vida entera «maquillando» al EGO para que sea una personalidad NO Sufriente. Damos la espalda a la tristeza, a lo negativo y al dolor, sin embargo siempre tienen algo importante que decir. Evitamos entrar en crisis por miedo a perder el control, cuando la crisis es únicamente un cambio. Nos aterra SENTIR. Pero tarde o temprano llega el momento de no poder más… de haber maquillado tanto a ese personaje que cada vez dudas más de su existencia… es cuando empieza a emerger una sabiduría universal que todos compartimos. Es un conocimiento que abraza todo, porque sabe que en realidad es como tiene que ser y es perfecto. En ese caos se encuentra la paz que abraza todo entendimiento dando la bienvenida a lo único que existe, el momento presente… – Rubén Denodos

El Miedo a Morir

Nuestro mayor miedo es a «morir». ¿Cómo es posible tener miedo a algo que no se puede vivir? No puedes vivir la muerte. En realidad morir es soltar la identidad con todos los pensamientos que te has identificado. Es abandonar la historia que te has contado sobre tu vida. Sin embargo es lo que haces todas las noches cuando vas a dormir. Morimos todas las noches para volver a «despertar» al día siguiente. ¿Quiere decir que cuando la mente no piensa estás muerto? ¿No será que nunca llegamos a morir realmente? – Rubén Denodos

El Cambio es una Ilusión

Cuando transitamos el camino de la introspección aparenta haber cambios. Nos llenamos de nueva información, técnicas, métodos con una gran lista de tareas para mejorarnos como persona. ¿Pero qué es lo que realmente cambia? El cambio es una ilusión. Lo único que puede cambiar es el concepto que tienes de tí mismo. Y eso está bien pero… intercambias una creencia por otra y sigue siendo una creencia con la etiqueta de «mejor». Intentamos vivir una vida más cómoda maquillando a nuestra personalidad con pinturas de colores distorsionados. Cuando crees tener una personalidad mejor pasas a ser esclavo de su mantenimiento con miedo a perder tu positivismo. Son dos caras de la misma moneda, ambas igualmente ilusorias. El verdadero cambio es darte cuenta de que no hay cambio, ya eres perfecto por el simple hecho de ser. Cuando puedes ver que lo que intentas cambiar no existe te das cuenta de lo que realmente eres, has sido y serás siempre. – Rubén Denodos

La Soledad

La soledad no es la ausencia de personas, aunque lo pueda apararentar. Te puedes sentir solo y estar rodeado de gente. La soledad espera paciente en lo más profundo de nosotros. Es un movimiento que intentamos anestesiar utilizando a personas y situaciones mundanas para mantenernos distraídos y desviar la atención. Queremos evitar a toda costa entrar en contacto con ella para no sentir su vacío. Sin embargo, cuando te haces amigo de la soledad es cuando puedes ver que es imposible estar solo. Al único que estás echando en falta continuamente es a ti mismo. – Rubén Denodos

La Culpa

La Culpa es una profunda artimaña del ego para reforzar la creencia del «yo individual». El Ego utiliza la culpa y genera adicción para sostener y reforzar la identidad de ese «yo». Es un mecanismo imposible de ver mientras estés identificado con tu falsa identidad. En tu mundo la culpa es la creencia de que es posible pecar. Pero hasta un asesino puede no sentir culpa por asesinar. Por eso ves un mundo de culpables porque al ver la culpa en ti también la puedes ver en los demás. Son muchos los pensamientos que pueden activar tu sentimiento de culpa, pero todos ellos igualmente erróneos. Siempre los rescatas del pasado para traerlos al presente y castigar a tu «yo pecador» por haberse portado mal. No existe ningún yo, todo es fruto de tu imaginación. Cuando puedes ver el juego que la culpa ocupa en tu mente, es cuando se disuelve dando paso a una verdadera y nueva realidad. – Rubén Denodos

Las Palabras

¿Y si las palabras fueran la raíz de toda distracción? ¿Y si las palabras fueran la propia invención del Ego? Igual que las palabras las inventamos para «comunicarnos», el ego lo inventamos para relacionarnos. Otra manera de comunicación es posible, es solo que aún no la recordamos. En el momento que aprendimos a comunicarnos aprendimos a desatendernos. Los animales saben mucho de esto, ellos no están confundidos por eso nos miran extraños y esperan pacientemente hasta que soltemos nuestra locura. Lo único que parece nacer y morir es nuestra personalidad llena de conceptos repitiendo una y otra vez historias sin sentido. – Rubén Denodos

Estar Bien o Mal

Se puede estar bien incluso cuando crees estar mal. El problema es que queremos estar siempre bien y no mal… y el «mal» también tiene algo bueno que decir.  Estar bien provoca placer pero no felicidad, y estar mal provoca dolor porque lo evitamos y sufrimos porque queremos estar bien. Sufrimos porque no paramos de defender la idea de tener que estar bien. Sufrimos porque a un nivel más profundo estar felices nos hace sentir culpables. La verdadera felicidad es la paz que puedes sentir mientras ves circular la idea del bien o del mal por tu pequeña conciencia. – Rubén Denodos

La Relación

La mayoría de las relaciones están basadas en la necesidad. Buscamos a una persona que nos complete porque nos sentimos carentes de algo. Si me siento carente de amor entonces… «yo» que me experimento como media naranja incompleta me paso la vida buscando la otra media que me complete. «Yo» que me siento solo, buscaré relaciones que llenen mi vació. «Yo» que no sé quien soy, buscaré a personas que me definan. «Yo» que no quiero escucharme, buscaré a alguien que me escuche. «Yo» que me siento inseguro, buscaré seguridad en mis relaciones. «Yo» que me siento imperfecto, buscaré la perfección en la otra persona. Y así sucesivamente…

Es posible que a veces parezca que encuentras aquello que buscas, pero cuando esto sucede, pasas a tener el miedo de perderlo. Gastas toda toda tu energía en defender aquello que crees haber conseguido. Inconscientemente hacemos responsables «al otro» de nuestra felicidad, cuando ni siquiera sabemos serlo nosotros mismos. Y si la otra persona también exige algo de ti a cambio, todo será un negocio emocional sin sentido. Este tipo de relaciones son egoístas, de ego a ego. Un Ego siempre se sentirá imcompleto y su plan nunca podrá llenar el vacío que sientes. Quizás puedas experimentar placer durante algún tiempo pero finalmente volverás al mismo punto de partida. Sigues su fórmula de la felicidad al pie de la letra porque sigues distraído con su mundo de fantasía.

Debes saber que otra manera de relacionarse es posible. Cuando alguien se siente completo lo único que puede hacer es extender. Y en esa extensión encuentras la verdadera relación. La que se deja ir si tiene que ir, la que se deja que llegue cuando ha llegado, la que no está porque no debe, la que no exige porque todo está bien, la que respecta porque comprende, la que se comparte porque te das y la que siempre es, porque no hay dos ni tres, solo uno. – Rubén Denodos

Arreglar al Ego

El problema es que sigues intentando arreglar tu personalidad sin darte cuenta de que a la misma vez la estás rechazando. Cuando algo se rechaza nunca puede ser cambiado, solo evitado. Cuando evitamos algo lo único que hacemos es retrasar lo que ya ha sido llamado para ver. Jugamos en una linea temporal inventada a posponer lo que no queremos ver.

El verdadero cambio no lo hace «el yo» que quiere cambiar. Sucede cuando te sientas a ver toda la función. El testigo que ahora puede ver, poco a poco comienza a disfrutar porque comprende que no hay nada que cambiar. Comienza a contemplar a la personalidad como simples pensamientos surgir. En esa procesión de pensamientos, todos levantan la voz para ser atendidos y demandan tu identificación. Al ser testigo de ello, la verdad se hace obvia y puedes abrazar a cada pensamiento por lo que son, simples pensamientos. Y aquí es donde surge la verdadera aceptación. No eres los pensamientos sino el testigo que puede verlos. – Rubén Denodos

La Necesidad

Toda necesidad surge a partir de una idea de separación. Cuando creamos una imagen mental de nuestro «yo individual», sin darnos cuenta pasamos a ser esclavos de tener que mantenerla. Al ser una idea separada de la experiencia real en una línea de tiempo, nunca puede sentirse completa. Nuestro ego es una idea separada y fragmentada de la realidad. Al percibirse como separada, siempre se ve incompleta y necesita buscar en el mundo cosas que le completen para su bienestar. Pasamos toda la vida buscando placer para tener sentido de bienestar. Y a menudo nunca es suficiente porque lo confundimos con la felicidad. Es un vacío imposible de llenar porque parte de una idea separada y carente «de ti». Para necesitar es vital sentirse necesitado. Desde esta visión todo lo que crees obtener no servirá para nada, porque seguirá alimentando tu idea separada de identidad.

Cuando dejas de alimentar al personaje mental la necesidad de obtener se disuelve. Es cuando puedes sentirte pleno por el simple hecho de ser. Ahora el propósito de relacionarte con el mundo ha cambiado. Ya no hay un personaje mental necesitado que busca para obtener. Ahora sabes con certeza que eres la propia experiencia que se da para extender. – Rubén Denodos

El Todo

Cada vez más se vuelve más intenso porque existe menos separación y eso hace darte más cuenta de que eres todo y cuando digo todo es TODO. Y eso acojona mucho porque es todo. – Rubén Denodos

Los Tiempos

Hay tiempos para beber, tiempos para fumar, tiempos para pensar, tiempos para soñar, tiempos para hacer… hasta que llega un instante en el que te das cuenta de que es el tiempo el que te ha separado de ti mismo. – Rubén Denodos

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